dimecres, 17 d’octubre del 2012

¿Quién educa a mi hijo?



¿Quién educa a mi hijo?: Familia y escuela en su proceso formativo

¿Quién educa a mi hijo?


Cualquier madre o padre tiene la capacidad de mejorar con el fin de atender mejor a sus hijos y no delegar en su primera responsabilidad, la que todavía sigue existiendo aunque vayan a la escuela, porque saben que son los primeros educadores de sus hijos y viven su compromiso con generosidad e ilusión.

También saben que cuando este compromiso se vive con ánimo positivo en casa y se colabora con la escuela, su hijos obtienen grandes beneficios. Se espera que nuestros hijos lleguen al centro escolar con unos hábitos de comportamiento, higiene y alimentación ya adquiridos en casa.

La función del centro educativo es, fundamentalmente, impartir unos conocimientos que los padres no pueden dar de todas las materias, así como convertirse en el refuerzo y el apoyo complementario para ayudar al alumno a desarrollar su formación completa en todos los ámbitos de su personalidad.

Es el brazo que se alarga y acoge, también, a los padres de familia al invitarles a participar en actividades de la escuela a través de las asociaciones de padres de alumnos. Si los padres corresponden a la invitación del colegio, aprovecharán la orientación que reciban, y en las entrevistas con el tutor de su hijo encontrarán el aliado eficaz que canalizará sus preocupaciones o sus inquietudes.

He visto la necesidad de escribir sobre esta intercomunicación entre todos los elementos de la comunidad educativa y otros temas relacionados con ella.
Hoy -con ilusión- puedo ofreceros y presentaros: “¿Quién educa a mi hijo? Familia y escuela en su proceso formativo”, editado por Viceversa. http://www.editorialviceversa.com/files/llibre.php?id=101 (en el enlace de la Editorial se puede "empezar a leer).

Disponible ya en todas las librerías. DIRIGIDO A PADRES, PROFESORES y ESTUDIANTES DE MAGISTERIO Y PEDAGOGÍA.

Muchas observaciones serán puntos de partida que requieren la reflexión particular de cada padre o madre; siempre quedará aquel aire único e irrepetible de cada familia, cada maestro, cada alumno o del proyecto de la escuela.
Deseo que lo podaís reflexionar y ponerlo en práctica.