(Foto de Victoria Cardona)
Para un buen diálogo y
una mejor comunicación
Lo importante es saber cuando
hablar y cuando quedarse callado.
Séneca
Mes de diciembre. En Navidad tiempo de fiestas, de conversación en
la sobremesa después de una comida familiar, de algun paseo, de ver una
película y luego comentar pero sobre todo de fortalecer el clima de confianza
en casa. ¡Que no falte el cariño, la escucha y la empatía de los padres para
con los hijos, especialmente en su etapa adolescente..!
Lo primero a tener en cuenta es que para que haya
un buen diálogo es saber escuchar. Si se pretende conseguir una buena
comunicación es muy importante ir con la sencillez de quién quiere ayudar,
nunca imponer.
Pautas para
llegar a establecer un buen diálogo, especialmente en la etapa adolescente de
nuestros hijos:
—No interrumpir y
tener paciencia. Esto vale para todas las edades, desde el hijo o hija que
casi no sabe hablar, pero nos quiere pedir algo hasta el adolescente que nos
quiere explicar un problema o una alegría y lo hace de una forma acalorada. Por
ejemplo, nos están explicando una cosa y nosotros nos preocupamos más de la
forma gramatical que están empleando que del contenido de lo que nos explica
y de los sentimientos del hijo; mal haríamos sí corrigiéramos la gramática a
media explicación porque quizás «cortaríamos» la espontaneidad.
—Cuidar el lenguaje no
verbal. La mirada y el
gesto ocupan un papel primordial. Mirar a los ojos de nuestro hijo y aprobar
afirmativamente con el gesto para animar y demostrar que nos interesa lo que
nos dice; con la mirada de los padres se puede demostrar interés y afecto y
descubrir, en la de los hijos, todo su estado de ánimo. Mirada y gesto
establecen la complicidad de la amistad y de la confianza mutua.
—Saber preguntar. Conviene hacer una pregunta de manera
positiva para asegurarnos de que nos enteramos y entendemos lo que nos dicen;
también sirve preguntar para captar el nivel que tienen de entendimiento del
tema que sea y, por lo tanto, adelantar informaciones sobre sexualidad,
diversiones, adicciones a juegos, «chats», Internet... aprovechando los
momentos de ocio y tranquilidad para tener estas conversaciones y dar
información y criterios a seguir.
—No mirar el reloj. Para los hijos es muy importante que
demostremos un interés real por sus cosas; tenemos buenos momentos para
comunicarnos sí los sabemos aprovechar aunque la experiencia nos diga, que
el «momento» del hijo quizás no coincide con el nuestro, pero la atención a
las personas de nuestra familia es siempre nuestra primera y amable
responsabilidad.
—Vivir la discreción. Muchos hijos adolescentes se quejan de
que los padres cuentan a los demás las cosas íntimas que les han
confiado. Seguro que los padres no actuamos con mala intención al hacerlo, se
puede hacer o para vanagloriarse o para quejarse pero se comprende que es un
defecto que indica poca comprensión y respeto para los sentimientos de los
hijos.
—Escuchar no es oír. Escuchar significa esforzarse para
comprender lo que se nos dice sin interrupciones.
—Conviene saber callar
para no invadir los
espacios de intimidad de nuestro adolescente y darle tiempo a reflexionar.
—No ser pesados ni
insistentes. Expresarse
con palabras claras, precisas y concretas.
—Hemos de crear
vivencias compartidas. Un
diálogo nunca es un monólogo.
—Ingeniárselas para
mantener una buena comunicación con nuestros hijos gracias a preguntas abiertas y afables.
Espero que os hayan sido
útiles estas pautas para tener mejor relación con nuestros adolescentes…
¡Feliz Navidad y feliz año
2017 cargado de cosas buenas!
Nacimiento de la Sagrada Familia de Barcelona
Resposta al comentari d'Anna Plans: Moltíssimes gràcies per l'elogi, venint de tu és un privilegi!!!
Victoria!! Els tes exemples son una meravella i una bona eina per pares i mares. Moltissimes gràcies.
ResponElimina