dijous, 29 de novembre del 2012

Objetivo, una libertad responsable


La libertad responsable

(Artículo publicado en ABC, familia de 28 de noviembre)



Estuve preparando unas conferencias sobre qué valores debíamos transmitir a los hijos. Me lo pidieron en un Instituto. Se trataba de dar seis sesiones para padres de distintos cursos de ESO y de Bachillerato. Eran, por lo tanto, padres con hijos de distintas etapas de formación educativa y de distintas edades; me preparé el tema a fondo. Siempre conviene pensar en valores que ayuden a los niños y los jóvenes a alcanzar una libertad responsable. Os dejo unas conclusiones en forma de pinceladas para la reflexión personal.

Un valor es intangible pero es algo que atrae y que, en los padres, tiene su fundamento en la mejora personal. Se trata de demostrar con obras la fuerza interior que tiene cada madre o padre, para mantener una actitud positiva y enfrentarse a su día a día con ánimo renovado, con objeto de acompañar a los hijos en su proceso educativo.

Los valores de la convivencia son fundamentales para educar en casa. Valgan unos ejemplos: dar las gracias amablemente por un favor recibido; valorar una tarea bien hecha; corregir con paciencia la realización de un encargo que podía haberse llevado a cabo con más pulcritud; pasar por alto el mal humor de un adolescente; reconocer que hemos perdido los modales y nos hemos enfadado y saber decir: “perdona, he hecho mal”, con humildad. Así, podemos ayudar a nuestros hijos a descubrir los valores del agradecimiento, de la serenidad y del perdón, mucho más que con mil y un discursos sabiamente elaborados y explicados.

El valor que brilla y que necesitan hoy más que ningún otro es nuestro afecto y cariño. Con afecto los padres tendrán un ascendente que les facilitará el ejercicio de la autoridad. Una autoridad que deberá concretarse en los horarios del tiempo de estudio, de la red o de las actividades extraescolares. El esfuerzo que tienen que hacer niños y adolescentes para obedecer es un valor que les ayudará toda la vida.

Demos importancia al testimonio personal. Aunque hablamos de transmitir valores, es mejor que los descubran en la vida de los padres. En definitiva, conviene que sepan interiorizar los valores que han observado en su familia y, actuando con libertad, tengan sus propios criterios y lleguen a ser felices.





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