dimecres, 20 de febrer del 2013

Búsqueda de identidad en la adolescencia: ídolos y realidad.


Búsqueda de identidad en la adolescencia: ídolos y realidad.


“Si el tiempo en si mismo tiene sentido, si en cada momento se esconde algo propio y valioso, la alegría anticipada de algo aún mayor que está por venir hace aún más valioso el presente y nos impulsa con una fuerza invisible más allá de los momentos”.
Joseph Ratzinger

Ayudaremos al adolescente a descubrir su identidad, sin olvidar jamás que será la suya, ¡no la nuestra! Esta búsqueda es un aspecto esencial de la experiencia misma de la adolescencia. Y a ellos les cuesta; reconozcamos que estamos al principio de una evolución, seguramente una de las más importantes de la vida.

Si bien la familia es la base de esa búsqueda, porque es en gran parte en el ámbito familiar donde el joven descubre quién es, existe el peligro de caer en el eslogan de moda: –«todos lo hacen»– e identificarse con modelos poco educativos. En grupo admiran juntos, como si fueran un rebaño de ovejas, a los mismos ídolos. Sería para nuestros hijos un flaco favor no ayudarlos a ver que ídolos del estilo de la modelo kate Moss o del cantante Pete Doherty, conocidos por sus escándalos derivados del consumo de alcohol y de drogas, no les proporcionan nada positivo. En cambio, es bueno que se den cuenta de que las victorias de algún deportista de élite, por ejemplo las de Rafa Nadal, son resultado de muchos sudores, esfuerzo y horas de entrenamiento. Sería oportuno hablarles de gente así para darles modelos para ellos.

Aunque los adolescentes adoptan una postura casi siempre crítica frente a la vida, a menudo les queda esta actitud gregaria que los empuja a seguir lo que hacen los demás y les dificulta encontrar su identidad. Muchos padres se duelen con la misma frase: «Es que mi hijo siempre me lleva la contraria».

Pero esta postura crítica y rebelde a nuestros parámetros le está ayudando a construir su identificación.

Démosle tiempo sin alterarnos ni escandalizarnos y, claro está, démosle también buen ejemplo. Imitar las conductas escandalosas de sus ídolos será pasajero si encuentra buenos referentes en sus padres, y huelga decirlo, si tiene un hermano mayor equilibrado y con cualidades o un maestro que lo quiera.

Es importante la imagen que va construyendo de sí mismo. El adolescente no piensa en cómo será su futuro, pero éste se está gestando ahora en su interior, un interior que en este momento está desorientado y desordenado. Para aclararse es importante que lo hagamos reflexionar. Podemos hacerlo con un estilo como el que apunto:

Si decimos a nuestro adolescente, aludiendo al futuro: «hijo, estudia, si no el día de mañana no encontrarás trabajo» o «si no afrontas este desengaño con más optimismo no resistirás las contrariedades que tendrás en la vida», no nos escuchará. En cambio, sí lo hará con frases como: «¡qué suerte tienes de poder ir al colegio!», «¿qué piensas del argumento de este libro?», «busquemos un vuelo económico para viajar juntos en vacaciones», «el abuelo está solo, ¿y si lo llamas?». El ahora, lo inmediato, lo entenderá mucho mejor.

Reflexionemos la frase que encabeza éste post del Santo Padre Benedicto XVI, que tiene mucha profundidad, para tratar con suavidad a nuestros adolescentes, vislumbrar el futuro con actitud esperanzada y comprenderlos en su singular etapa.

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